Jácara del Mellado

Pedro Calderón de la Barca, maestro del teatro barroco español, experimentó con diversos géneros dramáticos, entre ellos la jácara, una breve composición satírica que solía representarse en los entreactos de las comedias del Siglo de Oro. Jácara del Mellado es un ejemplo de esta tradición teatral, en la que el autor retrata con humor e ironía el mundo del hampa y la marginalidad social. La obra sigue a El Mellado, un ladrón encarcelado y condenado a la horca, y a la Chaves, su compañera, quien llora su destino mientras un músico interpreta una canción que narra la tragedia. La jácara resalta la jerga callejera y el tono burlesco característico del género, mostrando la resignación del delincuente ante su destino y la desesperación de su amante. Elementos clave de la obra Personajes marginales: Jácara del Mellado nos sumerge en el submundo de la delincuencia y la picaresca, reflejando las vivencias de ladrones y prostitutas con una mezcla de humor y fatalismo. Lenguaje coloquial y satírico: Calderón utiliza expresiones populares y juegos de palabras para dotar a la obra de un tono jocoso, aunque con un trasfondo de crítica social. Estructura breve y musicalidad: La jácara se construye a partir de versos ágiles y diálogos rápidos, acompañados por canciones que refuerzan la ironía de la situación. Las jácaras eran fundamentales en el teatro del Siglo de Oro, pues ofrecían un respiro cómico entre los actos de las comedias y dramas más extensos. Calderón de la Barca logra en esta pieza un equilibrio entre la burla y la reflexión sobre la marginalidad y el destino trágico de los personajes del hampa. A través de Jácara del Mellado, Calderón demuestra su versatilidad en el teatro breve, y contribuye a la representación de un sector de la sociedad que, aunque visto con desprecio, tenía una identidad propia en la literatura y el teatro de su tiempo.